De la palabra sol al Sol hay un movimiento que enceguece, 2019
Instalación sonora generativa multicanal
Medidas variables
Curaduría Instancias de Ana María Montenegro | 45 Salón Nacional de Artistas
“Del sol a la palabra sol hay un camino larguísimo
de cambios y mutaciones. De la palabra sol
al sol hay un movimiento que enceguece.”
– Burl Nguyen
Las voces incorpóreas han acompañado el desarrollo de nuestra consciencia y cultura desde las antiguas voces de Dios, las voces de los muertos, la lectura silente, el desarrollo de la voz interior, las alucinaciones vocales de la esquizofrenia y otras voces desencarnadas que ahora salen de nuestros cuerpos para hablarnos desde dispositivos de reproducción y las recientes interfaces móviles.
En De la palabra sol al sol hay un movimiento que enceguece las sílabas pronunciables del español se organizan en un coro artificial y autónomo alrededor del movimiento aparente del sol mediante un software, creado por el artista, que calcula los valores de altitud y azimuth desde las coordenadas geográficas de la Cinemateca y reproduce las voces a tiempo real. Estas voces, generadas a partir de servicios Text-to-Speech (similares a los usados por las interfaces sonoras de los GPS, los asistentes personales como Siri o algunos audiobooks), se organizan en patrones y pasajes corales silábicos que siguen la posición del sol en una obra sonora siempre cambiante y potencialmente infinita.
Cada sílaba se pronuncia durante 10 segundos para pasar a la siguiente en ciclos donde las 2141 sílabas se recorren en un lapso de seis horas. De la sílaba “ab” a “zus” hay un camino de 2141 sílabas diferentes que describen una especie de amanecer hasta el mediodía para luego regresar de “zus” a “ab” a las 6 de la tarde, cuando el sol se oculta. El color de la pantalla (que indica el cambio de sílaba) presenta un viaje similar por la rueda cromática (amarillos al mediodía, verdes por la tarde, azules por la noche, rojos por la mañana) y donde esta se recorre en un lapso de 24 horas.
De la palabra sol al sol hay un movimiento que enceguece es una máquina de múltiples niveles que pretende ser reloj degenerado, observatorio sonoro y coro devocional a partir del seguimiento del sol y su movimiento. La máquina se renueva constantemente en su manifestación –y su origen numérico y matemático se hace música extraña y obstinada. Los ritmos de las entonaciones son siempre impredecibles (ninguna figura rítmica está preestablecida o definida de antemano en sus secuencias) y la obra a las cinco y treinta de la tarde no será igual al siguiente día a la misma hora.
La máquina es entonces un sistema en permanente devenir y el despliegue total de todas sus combinaciones y ritmos posibles superaría nuestras vidas millones de veces. La desmesura algorítmica y combinatorial nos acerca a una noción de potencial infinito y trata de ser productor de nuevas combinaciones silábicas –en una especie de laboratorio-oratorio del sentido y de sus unidades atómicas que se explayan a lo largo del peregrinaje del sol y que apuntan, al mismo tiempo, a ese pasado pre-escritural, pre-verbal y solar de nuestra consciencia.